Acabo de terminar de leer el libro “Solo” (Maiden Voyage, en inglés) escrito por TANIA AEBI-- hija de padres suizos viviendo en Nueva York, que a la edad de dieciocho años
se dio una vuelta al mundo en un velero, sola.
Una verdadera hazaña, considerando que dos años antes, la chica nunca
había pisado un bote, vivía fuera de su casa, tenía problemas con su familia,
era rebelde, no tenía ningún plan para el futuro y parecía que su vida iba a
ser un desastre. Al padre Aebi, pintor,
un año antes se le ocurrió la brillante idea de llevar a sus cuatro hijos por
un viaje hacia las Bermudas. Compró un
bote y tomó un curso veloz de navegación y sin muchos preparativos se fue con
sus hijos, quienes le ayudaron a izar las velas, acortar el agua, hacer turnos
de vigilancia, mirar las estrellas, encargarse de las sogas, ver si había otros
barcos, y tantas otras cosas. Fue una
experiencia para todos. Como regresaron
vivos, el padre pensó que Tania, la mayor de las hijas, podría romper el récord
y ser la primera adolescente norteamericana en darse la vuelta al mundo, sola.
¿Por qué leí el
libro? Porque Tania Aebi fue la
heroína de LAURA DEKKER, fue la que
le inspiró en sus sueños. A los ocho
años de edad Laura recibió este libro de su padre, y como ella había nacido en
el mar, su padre era constructor de barcos y había vivido toda su vida en un
barco y sabía de navegación, pensó que
ella también podía darse la vuelta al mundo.
Lo cual lo realizó a los catorce años.
Entre las cosas que Laura tenía en su velero Guppy estaba el libro de
Tania Aeibi, que ella lo leía frecuentemente durante el viaje. Tania Aebi en su libro hizo un recuento muy detallado
de las rutas que siguió y de los problemas que se le presentaban.
Tania Aebi empezó
su viaje en Nueva York, siguió hasta las Bermudas, luego cruzó el Canal de
Panamá y de ahí continuó hasta las los Galápagos y luego hasta las Islas
Marquesas en el Océano Paçifico—eso sólo fue el principio de un viaje que duró
dos años. Tuvo un viaje muy accidentado, por su falta de experiencia y conocimiento
de navegación, se le malogró el motor muchas veces, se le rompieron los
mástiles, y hasta chocó con un carguero.
Hasta estuvo en el ojo de un huracán, y le tocaron muchas
tormentas. El libro es un relato altamente
interesante, emocionante y muy bien escrito, y ella descubre su alma y sus
emociones al lector. Nos enteramos con
detalle de cómo fue su niñez, problemática, con su madre que tuvo desórdenes
mentales y tuvo que ser internada en un sanatorio en Suiza, y luego creció bajo
el cuidado de su padre que tenía un alma libre, de pintor y aventurero que
viajaba con frecuencia.
En el libro se ve
una transformación, de la Tania que era insegura, tímida y temerosa del mundo,
poco a poco, durante el viaje, el contacto con tantas culturas del mundo, los
problemas que tuvo que resolver sola, se va transformando en una chica más
madura y con objetivos determinados. Aprendió
a ser experta en el manejo del sextante—instrumento
antiguo con que los marineros se guiaban, que le sirvió muy bien para guiarse
en esos mares movidos, con olas, tormentas, lluvias, algas y muchos peces. Recomiendo este libro Solo de Tania Aebi a cualquiera que desee hacer una vuelta al
mundo, es el mejor libro que he leído en ese tema, y además es una maravillosa
historia de amor. Tania encuentra a su
Príncipe Azul durante en el viaje, que no sólo le dio amor, sino también le ayudó en momentos álgidos de su viaje.
Su libro Maiden Voyage, se convirtió en un best seller, y muy merecido.
En el año 2012 Laura Dekker fue a Vermont a visitar y conocer en persona a Tania Aebi,