14 de abril 2018
La Pérdida de Guppy.
El año pasado llegué
a un acuerdo con Matt Schulz, de ceder a Guppy a una institución sin fines de
lucro, LifeSail de Los Angeles. Yo debía capitanearlo desde Nueva Zelandia
hasta California en el mes de abril 2018,
pero en la fecha indicada caí gravemente enferma y me fue imposible navegar. LifeSail
buscó un grupo de gente para transportarlo, pero siguieron otra ruta,
cometieron graves errores de navegación, no se comunicaron conmigo ni hicieron
caso a mis sugerencias, y se demoraron
tanto que llegó la época de los huracanes, hasta que al final el velero luego
de una avería, fue abandonado en un arrecife de corales, Manihiki, en
el Océano Pacífico. Desde entonces está
ahí abandonado al vaivén de las olas y con daños irreparables. Algo que jamás pensé
que pudiera ocurrir.
He tenido mucha
correspondencia con Matt Schulz y
con los responsables de LifeSail, quienes pretendieron apoderarse de Guppy y
pagarme una miseria por el bote, y ellos cobrar todo el dinero del seguro. Tuve que tomar un abogado para que se hiciera
cargo de esta querella. LifeSail ha
cesado de comunicarse conmigo, luego que pretendieron pagarme 40 mil dólares,
lo cual considero una cantidad ridícula. Guppy se ha desvanecido en el aire, hasta el
momento no tengo idea de qué fue lo que ocurrió exactamente. En diciembre escribí la siguiente carta:
Estimado Matt
Schulz.
No he dejado de
pensar en tí ni en mi Guppy. Por
supuesto ya he aprendido que este mundo es cruel, pero con toda mi voluntad esperé
en lograr un mundo mejor al compartir, confiar y al no juzgar. Yo confié en tí con todo lo que tuve, quedándome
sólo con los recuerdos y lecciones aprendidas con Guppy a través de los
años. Este ha sido el error más grande
que he cometido en mi vida, no sólo me afectó a mí, sino también destruyó algo
que ha sido muy valioso para mí y mi familia.
Guppy era la
inversión en mi futuro, motivo por el cual ustedes no tenían el permiso de
venderlo y debía regresar a mí, en caso de incumplir el contrato. No sólo incumpliste las cláusulas de nuestro
acuerdo y las ignoraste, también permitiste que Guppy fuera abandonada en los
corales, que se destruyera y fuera declarada pérdida total. Yo sé que no estabas a bordo, pero tú permitiste
que sucediera. Tú tomaste las decisiones,
ignoraste mis consejos. Tú eres tan
responsable como Lori Kallestad, sino
tal vez más.
Con tu actuación
he comprobado que este mundo es más malvado de lo que pensé, que no se puede
confiar en las palabras. Lo que me
hiciste me duele más que nada. Has destruido
lo que yo y mi familia logramos con mucho esfuerzo. Y peor aún, mucho peor, tú ignoras todo esto
y sigues viviendo tu vida como si nada hubiera sucedido. Hasta ahora no sé qué sucedió con Guppy, no
sé lo que tú le hiciste, no pude ni siquiera despedirme, y tampoco recibí ni un
pedazo de Guppy. Y ni siquiera quiero
mencionar del dinero que tú recibiste de la aseguradora, el cual debería ser para
mi familia, de acuerdo a nuestro acuerdo, el cual tú has hecho a un lado. Nosotros fuimos los que trabajamos. Cómo puedes ignorar nuestro acuerdo? Cómo es
posible que puedas ignorar este desastre, este comportamiento irrespetuoso,
desgraciado y desagradable?
Con cada día de
silencio, la llama interior dentro de mí se convierte en cólera, en descrédito—dándome
cuenta en qué persona desagradable eres, Matt Schulz. Creo que no te das cuenta cuánto daño me has
causado, aunque sospecho que sí lo sabes…
Laura
8-10-2018
LA PERDIDA DE
GUPPY, una cicatriz que nunca desaparecerá
Han pasado dos
meses desde que Guppy encalló. No pasa un día que no piense en cómo está siendo
zarandeado por arriba y por abajo en los corales, destruyéndose más y más,
rompiéndome el corazón en pedazos al mismo tiempo. Los recuerdos que tengo, cada centímetro de
Guppy que cuidé y quise, porque era mi bebé.
Cuando más pienso, entiendo menos el conjunto de acciones que lo llevaron
a ese punto. Los errores estúpidos, la
falta de comunicación y la simple ignorancia de los consejos que les daba. No puedo entenderlo, no puedo comprender cómo
la gente puede ser tan descuidada con objetos tan valiosos. Cómo pudieron ver a Guppy como una cosa insignificante.
No puedo explicar
cuánto amé a este bote, cuánto significó para mí para dejarle navegar bajo el
cuidado de LifeSail para que pudiera inspirar a muchos niños en lograr sus
sueños. Esto le puede parecer extraño a
alguien que no esté familiarizado con el mar o la navegación.
Mi confianza ha
sido destruida, rota, pulverizada. Hubieron tantas promesas—que la cuidarían,
que no dejarían que le pase nada, que me iban a mantener informada y seguir mis
consejos. Ninguna de esas promesas y
acuerdos explícitos ha sido cumplido.
Según el blog de
LifeSail entiendo que decidieron hundir a Guppy sin notificarme. La situación de mala comunicación pasó a no
comunicación. Me pidieron disculpas y
enviaron tres fotos unas semanas más tarde.
Además de la
información que no se ajusta a la verdad en Facebook y en el Blog, no he
recibido más detalles de Guppy de ellos. Leí que los motores no funcionaban. No entiendo como han podido malograr ambos
motores en dos meses, luego que yo los usé durante ocho años sin ningún problema. Los
motores tienen sistemas separados, tanques de gasolina, baterías, filtros no
conectados. Cuando un motor falla el
otro sigue funcionando. Además Guppy es
un super velero, y en pocos segundos uno puede soltar el foque y navegar.
Tampoco entiendo
cómo pudieron dejar que Lori capitaneara a Guppy, teniendo ella tan poca
experiencia con botes de vela; eso sólo podía conducir a un accidente. Cómo se le ocurrió anclar en un lugar tan
imposible? Por qué no escucharon mis advertencias. Es increíble que hayan usado a Guppy como un bote
de fiesta, cruzando las islas por tanto
tiempo hasta que empezó la temporada de los huracanes en el hemisferio norte y ya no pudieron
continuar el viaje con seguridad hasta Hawaii.
El hecho que
Guppy se haya ido y que yo no tuviera nada que decir en ese asunto me deja el
corazón roto. Cómo puede ser una
organización tan cruel de ignorar sus acuerdos hechos? Esto me deja una herida honda que no cerrará
en mucho tiempo.
No pasa un día
sin que vea a Guppy llorando y gritando en los corales, ojalá pudiera retroceder
los hechos, ojalá hubiera presentido que
las promesas de LifeSail eran vanas,
un show. Pienso en el gran trabajo que hizo Guppy,
cuántas vidas pudo haber cambiado. Todos
estos pensamientos y sueños ahora están flotando en las aguas calientes y
claras del Manihiki entre las piezas deshechas de mi amado Guppy.
Todo esto ocurrió
no por accidente, sino por falta de competencia, respeto y comunicación de Lori
Kallestad, Matt Schulz y LifeSail.
Laura
P. S. Aquí dejo toda la correspondencia que hubo sobre este asunto.