11 de mayo 2012
Ya estamos dos días en el Océano Pacífico. La transición fue maravillosa. No recibimos ni una gota de lluvia y tuvimos que esperar
menos de diez minutos para estar en las esclusas cada vez. Todo sucedió tan velozmente que ya habíamos
cruzado antes de darme cuenta. Tuve el
mismo consejero que el año pasado, lo cual es extraño y gracioso, porque hay
muchísimos de ellos. Igual que el año
pasado, él no hizo mucho, comió y bebió lo que Bruno preparó. Los consejeros están solamente para dar
consejo. Uno tiene que hacer
prácticamente todo y como capitán tú tienes toda la responsabilidad del bote y
de los tripulantes. Si cree que tú no
estás haciendo algo bien, te lo dice.
Después de haber atravesado el Canal cuatro veces, ya sabía cómo tenía
que proceder, así que fue fácil.
Ayer en la mañana fui al dentista para que me hiciera
algunas obturaciones, así que ahora mi dentadura está ok. Hoy trataremos de encontrar agua y diesel, y
empezaremos a alistar todo para navegar.
Me he quedado bastante tiempo en este clima cálido, húmedo y con recias
tormentas. Aunque el horizonte es
hermoso, realmente estoy ansiosa de ir a la Polinesia Francesa de nuevo.
Laura
No hay comentarios:
Publicar un comentario