24 de
octubre 2013-
Estoy en el aeropuerto rodeada de mis
familiares que manejaron hasta Amsterdam para despedirme. Despedirse nunca es agradable, pero me siento
bien porque este avión me llevará cerca de Guppy, cerca de mi hogar, luego de
quedarme unos cuantos días en Dubai.
Una amigo australiana que conocí en Tailandia, estará en Dubai. Habrá una carrera náutica desde Dubai hasta
Abu Dhabi, y ya que nunca he intervenido en una competencia en esa parte del
mundo, me pareció interesante.
Desde la fría Holanda aterrizamos en la
calentísima Dubai. Me alojé donde mi
amiga Elizabeth, quién me enseñó la ciudad: los enormes centros comerciales,
los edificios que son completamente diferentes unos de otros, y Burj Kalifa se
yergue sobre los demás. En la parte
antigua de la ciudad no hay edificios, sino construcciones antiguas y calles
angostas, algo así como en Marruecos. En
algún lugar entre esas construcciones hay un Suk de Oro, un par de calles interminables donde venden joyas y oro. Me
sorprendió estar ahí, pero me pareció demasiado congestionado.
Un par de competidores se retiraron de la
carrera, al escuchar el pronóstico de ausencia de viento en esos días. Felizmente mi bote pudo entrar en la
competencia. Tuvimos una gran partida,
estando en la delantera de los botes, teníamos que hacer un buen progreso. Habían un par de buenos navegantes a
bordo. Después de un día de navegar, el
pronóstico climático se cumplió y se presentó la calma chicha. Pudimos haber regresado hasta la línea del
finish en unas diecisiete horas, si el clima se hubiera quedado así, pero
alguien del equipo tenía que coger un vuelo esa noche. Nos vimos obligados a encender el motor para regresar a Abu Dhabi
a tiempo. De todas maneras tuve una
excelente navegación en el mar, con temperatura agradable y en aguas
nuevas. Mala suerte que tuvimos que
regresar.
Al día siguiente, me levanté muy temprano
para poder ver la carrera de camellos, antes de ir al aeropuerto. La Carrera
de Camellos es un deporte muy serio y hay un montón de árabes entrenando y
corriendo sobre sus camellos, una cosa espectacular para mirar. Sabía que los camellos podían correr rápido,
pero sólo habiendo visto el paso flojo de los camellos en Marruecos, me impresionó
ver cuán veloces pueden ser. No me pude
quedar tanto tiempo, pues tenía que tomar mi avión para regresar a Nueva Zelandia. Qué tortura sentarse en un avión por
diecisiete horas, sin poder hacer nada, y demasiado animada para ir a
casa. El mismo día que llegué, viajé
hasta Whangarei, donde me enteré que Guppy aún me esperaba pacientemente y sólo
tuve que sacar algunas culebras que se habían metido en el bote. También mi auto Joy, estaba bien y aún en el
mismo lugar que lo dejé, y pude encender el motor sin ningún pip.. Tengo que hacer limpieza, pero no sé en que
tiempo..ya que siempre estoy ocupada. Al
día siguiente, manejé hasta Auckland para una reunión con los de Y for
Youth. Ahora finalmente estoy
descansando por un par de horas. Estoy
tan feliz de regresar!..
Laura
Dejo un video sobre la carrera de camellos, para que tengan una idea..