miércoles

Limpiando el bote para zarpar

He decidido seguir navegando mañana temprano hacia Bonaire.  Me tomará unos tres días y medio y espero que sea menos húmedo que durante la travesía desde la Isla de los Santos hasta aquí.  El clima promete estar bueno.  Creo que tendré el viento de costado y por detrás. He preguntado a un bote alemán para que con su dhingy me lleven hasta la aduana, que está bastante lejos.  Porque calculo que si yo misma fuera a remar podría tomar bastante tiempo, y esos trámites siempre se alargan. Aquí no son tan rápidos como en Holanda, sino toman una hora más o menos.  

En el camino de regreso avisté algo conocido.  Era el bote rojo de la tía Rietje que conocí en Mogan.  Cuando estuve de regreso en Guppy me subí a mi dinghy y remé hasta donde la tía.  Me gustó verla de nuevo, hemos comido spaghetti y conversamos bastante.  Luego he regresado donde Guppy para limpiar y poner orden en la cabina y el resto del bote.  Otra vez estaba un caos.  Me llamó la atención que el desorden estaba afuera, mientras que dentro del bote se respiraba pulcritud.   Probablemente porque el mayor laberinto lo ocasionaban una concha super enorme, una net de pescar, un balde, un par de flippers, y elementos de buceo, y no sé qué más.  Esas cosas naturalmente no puedes ponerlas adentro.  De cualquier modo, ahora ya todo está en su lugar, y ya no volveré a golpearme con una concha, como la otra vez.
Laura

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