23 de abril 2011
Día 245
El viento perdió fuerza pero al amanecer regresó y ahora empuja a Guppy con una velocidad de 6 n.m. De los tres yates que partimos desde Las Perlas en dirección a los Galápagos, me encuentro en el medio. A uno de ellos lo perdimos de vista desde el primer día y ahora está 40 millas atrás. Al otro, un catamarán, se le distingue en el horizonte, y a través del VHF hemos hablado sobre el clima, los peligros, la distancia y, naturalmente, lo más importante del día, sobre la comida. Desde San Blas navegamos juntos con estos yates. Los navegantes son buena gente, es fácil hablarles y saber que, por lo menos, no eres el único ser viviente que se está asando y que flota con lentitud. Además de las conversaciones a través del VHF, también hago uso de la radio SSB, que hace posible comunicarse con embarcaciones fuera del alcance del VHF. De esta manera, me he podido contactar con navegantes que están en Galápagos, a una distancia de 400 millas.
Por lo demás, leo bastante.
Laura
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