18 abril 2013
Ya regresé a la civilización, luego de
viajar por lugares sin internet ni teléfono.
Dejamos Christchurch luego de mi presentación en Auckland y manejamos
hacia gorge Raikaia. Luego de mas de diez
horas en caminos estrechos y muchas curvas y menos casas, llegamos a un puente,
donde un hermoso río azul fluía bajo él, invitándonos con su belleza. Caminamos
un par de horas y decidimos explorar el río.
Al día siguiente temprano saqué mi pequeño dinghy rojo del auto, y
empezamos a caminar corriente arriba.
Nuestro plan era dejar el auto, tirar dedo y luego regresar en el
dinghy. Pero habían tan pocos autos que
no encontramos uno que nos llevara , y terminamos caminando 15 km con el dinghy
en la mochila.
Encontramos un buen lugar para despegar y
la fuerte corriente del río arrastró el dinghy.
Nos llevó a una velocidad de 7-8 nudos y mas veloz aún en los rápidos
que encontramos cada doscientos metros.
El paisaje cambiaba en cada esquina, mientras nosotros nos deslizábamos
sobre el agua cristalina cada uno con un remo, sorteando los rapidos sin volcarnos. Después de tres horas de remar y de un buen sueño durante la noche en la
parte trasera del auto, el paisaje cambió de nuevo, aparecieron montañas y un
hermoso lago azul en el horizonte del camino.
Al final del lago, surgió la Montaña Cook (3754m) embelleciendo aun mas
el paisaje, con sus picos blanquecinos brillando en el sol. Caminamos en uno de los hermanitos de la
montaña Cook hasta la cabaña de Mueller.
Una hermosa caminata de 1800m donde encontramos algo de nieve y viento
abundante.
En el camino de regreso se aproximaron a
velocidad nubes negras sobre los picos, tapando nuestra hermosa visión de la
montaña. Tuvimos suerte ya que la lluvia
recién empezó cuando llegamos donde el auto estaba aparcado. Más caminos
ventosos nos llevaron hasta Wanaka y Queenstown donde encontramos gentes
estupendas que se preparaban para volar.
Otro tipo de vuelo al que estaba acostumbrada. Nos llevaron hasta la cumbre de un cerro y
nos fijaron a una especie de vela cortado.
“Cuando diga “corre” empiezas a correr hacia abajo hasta que estés en el
aire, entendido?” Mire a las alas encimo
mío al cual estaba unida una cuerda y luego hacia la montaña en declive por la
que teníamos que correr. El piloto que
nos guiaba empezó a correr, así que hice lo mismo y antes de darme cuenta,
estaba en el aire. De esta manera fue mi
primera experiencia con hang-gliding (Ala Delta) y el Para-gliding (Parapente)
alrededor de hermosas montañas, lagos y de Queenstown. Fue muy divertido! Y una experiencia inolvidable. Usar el viento para moverse solo en 3D en vez
de en 2D como en un barco. Luego de la experiencia de volar, arribamos a tierra
e hicimos unas buenas caminatas en Fiorlands y en Milford Sound. Encontramos algo de nieve y hielo. Si el suelo no hubiera sido tan helado,
hubiera preferido caminar sin zapatos.
Luego de eso, manejamos hacia el punto mas
alejado del sur de Nueva Zelandia y desde ahí tomamos el transbordador (ferry)
hasta la Isla Steward, donde hicimos caminatas por dos días. Di una charla a los niños del colegio (7-10
años) y a un grupo de escolares del Invercargill que estaba de visita por una
semana. Ellos habían leído sobre mí y tenían mucho interés en que les
cuente. El grupo de colegiales regresó
junto con nosotros en el mismo transbordador y durante toda la hora me hacían
todo tipo de preguntas, lo que me gustó.
Delante de la Isla Steward, y a lo largo de la costa Catlins vimos algunos pingüinos de ojos amarillos y
leones marinos. Después regresamos a Christchurch,
ya que Dan (el terrícola ) tenia que volar de ahí hacia Australia para trabajar
un par de meses y yo tenía q hacer algunas presentaciones. Me encontré con dos amigas que conocí en
Auckland. Así que aún tengo buena
compañía y espero algún día poder regresar hacia el Norte con Joy (mi auto).
Laura