miércoles
Mi Libro "
21 de mayo 2013
Tengo el orgullo de anunciar que mi libro "A Girl a Dream" será publicado mañana, lamentablemente sólo en holandés. El libro será publicado en alemán el 23 de setiembre de este año. Estoy haciendo todo el esfuerzo para que se traduzca al inglés lo más pronto posible. Lo siento por mis seguidores de habla inglesa, ya que tendrán que esperar un poco más.
sábado
Mi libro Una Chica Un Sueño, ya está a la venta!
18 de mayo
Queridos amigos y lectores,
Deseo anunciarles que el libro de Laura
Dekker sobre su Solitario Alrededor del Mundo, efectuado en su barco Guppy ya
está a la venta en las librerías holandesas a partir del 22 de mayo de
2013. Se llama Een Meisje een Droom (Una
Chica un Sueño), tiene 280 páginas.
“Si deseas ir al otro lado del mundo,
puedes hacer dos cosas: voltear el mundo
de cabeza o bien viajar hacia el otro lado”.
Así empieza el relato de esta muchachita aventurera, navegante en alma y
cuerpo, quien a los catorce años de edad–luego de ganar varias batallas con la
justicia holandesa—, iza las velas de su velero Guppy de doce metros de largo. Empieza la aventura más temeraria
de su vida, la de intentar navegar sola y darse la vuelta al mundo, cosa que
nadie de su edad lo ha intentado jamás.
Su periplo empieza en Gibraltar y está marcado de aventuras y encuentros
emocionantes, como los delfines o los peces voladores que la sacan de su
soledad y le acompañan un tramo. También
conoce a los habitantes de hermosísimas islas y hace amistad con otros
navegantes que la consideran como a una igual.
¿Cómo reacciona Laura a las tormentas, a la soledad? ¿Cómo soluciona las averías y percances? ¿Se ha rendido el Gobierno holandés luego de
haberle dado libertad para hacer el viaje?
Un año y medio más tarde Laura concluye su
viaje causando gran revuelo en la prensa internacional. Ha cruzado junto con el fiel Guppy los mares
más importantes y recorrido más de 27 mil millas.
Si haces klik aquí, podrás hacer tu pedido
de un ejemplar del libro en Uitgeverij De Alk BV.
Marissa Tamayo
lunes
Guppy está Renegón!
Camino desde Auckland la lluvia empezó a pegar
sobre el panel de viento “Bienvenida a
Whangarei”, pensé mientras manejaba de nuevo por carreteras conocidas de. El clima no ha sido el mejor en los dos
últimos días, pero no importa, estoy contenta de ver nuevamente a Guppy. Quería congraciarme con él, y sacarle a
pasear, pero luego de ver el pronóstico de tiempo, cambié de parecer. Un viento tempestuoso. Ok. Tal vez no sea el mejor momento para
hacerlo. Leticia aún estaba conmigo, y manejamos
hacia Cape Reinga. El viento soplaba en
nuestras caras, y la lluvia le siguió, pero la vista valió la pena. El Pacífico y el Mar Tasman se juntan, creando
holas salvajes de 10 metros de alto. Nos
paramos ahí en la cima del Cabo Reinga y miramos hacia el mar, yo deseando estar ahí afuera de nuevo y
Leticia contenta de estar de nuevo en tierra.
Después de dos días el viento amainó y decidimos llevar a Guppy a navegar, luego
de revisarla y hacerle su mantenimiento.
El sol brillaba en nuestras caras y una brisa fresca nos saludó, una vez
que salimos de la zona portuaria de Tutukaka.
Tan pronto como partimos el motor se negó a apagarse. Todo el panel de electricidad estaba muerto,
incluyendo el medidor RPM. Revisé las conexiones
pero todo parecía estar en orden, así que detuve el motor manualmente. Después de todo, Guppy es un bote de vela y
no necesita motor. En el mar, revisé las
conexiones con las baterías y encontré el problema. Algo golpeó
en los botones de encendido. Eso
era fácil. Creo que Guppy luego de tanto
tiempo de estar solitario, estaba un poco renegón y sólo quería saber si yo aún
era capaz. Unas horas mas tardes, el
chart plotter (sistema de navegación que combina un receptor de GPS con función
cartográfica)también se malogró. Al
anochecer llegamos al Bay of Islands (Bahía de las Islas) para pasar la
noche. Llegando ahí, las luces de Guppy
también se resistieron a trabajar, pero con los buenos mapas antiguos y el satélite viejo (GPS) logré evitar las
rocas, y pudimos atracar en una bahía tranquila. Al regresar al día siguiente tuvimos
suficiente viento y lluvia, lo cual no le cayó bien a Leticia quien se
mareó. Pero Guppy estaba corriendo a
ocho nudos, contento como en los viejos tiempos. Ahora está aparcado en su mismo lugar en la
zona portuaria de Tutukaka. Ahora Guppy está feliz, tiene una gran
sonrisa, y ahora que la lluvia esta golpeando, el viento fresco me está
diciendo que el invierno se aproxima.
Laura
viernes
Aventuras de Tres Chicas! - Encuentro con los Maoríes
Pasamos todo un día limpiando y acomodando
el auto. Lavamos, limpiamos e hicimos un
aviso con “Se Vende” para Marta, el auto de mi amiga, que lo dejamos en
Christchurch donde un amigo. Joy (mi
auto) empacado con tres mochilas, equipo de viaje de dos autos y las tres
apretujadas entre las cosas, dejamos Christchurch. La semana siguiente recorrimos bastante por
el camino y el auto estaba chorreando de lluvia. Nos detuvimos y caminamos por los alrededores de Marlborough Sounds en los
momentos secos. En Nelson visitamos
algunos amigos de antes que estuvieron en Sudáfrica con su bote Lemanja al
mismo tiepo que yo. Fue agradable verlos
de nuevo. Pero el mal tiempo nos aburrió
ya que hay mucho que hacer si vives en un auto con tres chicas, así que nos
embarcamos en el transbordador para regresar a Wellington. En Wellington nos despedimos de una de las
viajeras, para que pudiera volar a Australia.
Leticia y yo dejamos Wellington el mismo
día y llegamos a Wanganui tarde en la noche.
Estábamos buscando un lugar para acampar y manejamos por un camino
pequeño y sucio. Estaba oscuro y nos
dimos cuenta a los pocos segundos que el camino había terminado y estábamos en
una playa. Intenté voltear pero la nariz
del pobre Joy se hundió en la arena. No
pudimos avanzar ni retroceder. Salimos
del auto, pisamos la arena mojada y vimos que la marea estaba sólo a 20
metros. Empezamos a excavar la arena y
colocamos las alfombras del auto bajo las ruedas. Metro a metro movimos el auto. En eso, un auto se aproximó y alguien dijo,
“Háganse a un lado, chicas”. Respondimos
“No podemos, el auto está atorado en la arena” . “ Está bien, háganse a un lado” dijo la
voz. Cuatro fornidos muchachos Maoríes
saltaron del auto, uno se puso atrás de una llanta y los otros atrás del auto. En el siguiente minuto ellos levantaron el
auto y lo movieron 50 metros más arriba..
Cuando ellos regresaron a su auto, nosotros aún estábamos procesando lo
que acabábamos de ver. Les agradecimos a
los chicos y les preguntamos si conocían un lugar donde podíamos acampar esa
noche. Uno respondió “Bueno, yo tengo
una familia adorable y una casa, sígueme y parquea el auto en el patio
posterior. Nos invitaron donde una
maravillosa familia Maorí. Nos dieron
una comida deliciosa, nos bañamos con agua caliente y pudimos acampar en el extenso
patio.
Al día siguiente, unos de los amigos que
conocimos el día anterior nos invitó a su granja a unos cuantos kilómetros
fuera del pueblo. El es dueño de
extensas tierras y nos llevó a un lugar donde alguna vez hubo una comunidad
hippie. Las casas aún están ahí, pero la
gente se mudó hace ocho años. No viene
mucha gente por aquí, porque la manera más fácil de llegar incluye cruzar un
río y hacer una caminata de una hora. En
la noche nos quedamos en una de las casas con un horno y un buena
chimenea. Impresionante. Al día siguiente me invitaron a montar a
caballo. Después practiqué disparando contra unas latas. Tal vez necesite más práctica ya que no
encontré ningún hueco en las latas.
Luego de dos estupendos días en la naturaleza y con gente lindísima,
dejamos Wanganui. En Taupo, nos
detuvimos para bucear en el río caliente y en Rotorua pasamos un día lindo en
el gran lago. Finalmente el clima había
cambiado y ahora el sol nos quemaba la piel.
Caminamos con vestidos y nadamos en el mar.
Continuamos hasta Tauranga, donde hicimos
una caminata hasta la cima del Monte Maunganui y disfrutamos de la bella
playa.
Ahora hemos regresado a Auckland luego de
visitar a nuestros amigos de Anasazi que aún están en Whitianga con sus tres
niños. Me olvidé por completo sobre la
existencia de atolladeros de tráfico, ruido de buses, el humo de los carros, y
toda la gente corriendo y diciendo que están ocupados, sabe Dios con qué! Bueno, tendré que regresar donde Guppy lo más
pronto posible.
Laura
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