N. T. Hace más de una semana arribó un yate con una pareja alemana a Nuku Hiva, una de las islas polinesias. El capitán de la nave, el hamburgués Stefan Ramin, se interesó para ir a cazar cabras (parece que es un deporte tradicional) con un guía local tierra adentro, en la región gobernada por los franceses. El guía regresó sólo, y le dijo a Heike Dorsch, pareja de Stefan que él estaba herido y necesitaba ayuda.
Cuando ella mencionó que iba a acudir a la policía, el guía la atacó, violándola y dejándola amarrada a un árbol. Heike logró liberarse y alertar a las autoridades. Tras una semana de intensa búsqueda por un terreno tupido, encontraron los restos carbonizados de un ser humano, junto con sus ropas y una mandíbula. El DNA está siendo estudiado para determinar si corresponde a Stefan. Mientras tanto, el guía polinesio se hizo humo y la gente comenta que Stefan fue cortado en pedazos y cocinado en una fiesta tribal. Antiguamente en Nuku Hiva se practicó el canibalismo, pero los pobladores aseguran que eso es cosa del pasado; sin embargo, me quedo en la duda.
Esta pareja alemana partió en 2008 en un viaje alrededor del mundo para cumplir un sueño largamente acariciado. Ellos tenían planeado quedarse varios meses en las islas polinesias, y se encontraban blogueando sus experiencias, al igual que Laura Dekker.
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