11 de mayo 2011
Día 264
Las aves se marcharon esta madrugada, seguramente bien descansadas para la siguiente etapa. Así que estoy completamente sola, porque la lagartija se ha escondido tan bien que no la veo.
Las condiciones climatológicas son las mismas, ¡qué bendición! Un buen medio viento, vigoroso, un cielo azul despejado con aquí y allá una nube perdida. Si sigue así, no necesito ver tierra por el momento. Pero no sucederá así, porque eso significaría que hay algo que no está bien.
Luego de las actividades y las malas noches en Galápagos, tengo la oportunidad de recuperarme y dispongo de tiempo para las tareas de colegio. No me he cruzado con ninguna embarcación o delfín, pero la cantidad de calamares y pescados voladores que aterrizan en cubierta crece cada día más. ¡Cuando me despierto por las mañanas, el bote parece un cementerio!
Laura
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