29 de mayo 2011
Sin que supiera, los habitantes de esta isla han organizado una bienvenida—la que no pudieron dármela cuando llegué. Yo estaba charlando con una amiga de otro yate, mientras hacía la limpieza de una parte de Guppy, cuando llamaron (cada vez que empiezo viene alguien, pero ahora ya casi he terminado). Una mujer de la isla me suplicó que la siguiera, las gentes locales son tan simpáticas que no te puedes negar. En un campo espacioso encontré un ambiente festivo con comida y danzas locales. Muy bonito, con canciones y tambores realizaron las danzas más bellas. Ya tengo cuatro collares de flores y tres cadenas de una especie de judías que duran más. Al final nos dieron una parte de la comida y en la noche la hemos compartido con los otros navegantes. Lo pasamos fantástico, por lo que me fui a dormir muy tarde.
Esta mañana me despertó el sol, en lugar de la lluvia. El clima está estupendo, porque desde mi llegada estuvo lloviendo sin parar. Tal vez sea un lindo día porque es domingo, o porque ya llené todas mis botellas y el tanque de agua. Tengo que acostumbrarme, porque el calor de pronto ha aumentado muchísimo.
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