10 de mayo 2011
Un oleaje alto rueda bajo Guppy y a veces lo cubre… y quedamos mojados, incluyéndome, con todo lo que está en la cabina. Y le insulto a la ola..
Ya es el tercer día en el mar. Me siento como en casa. Duermo mejor que en el embarcadero. Me despierto con las primeras luces del alba, escucho el parloteo de otros navegantes en el SSB, preparo la comida, leo algo y me fijo si las bananas ya han madurado en la enorme ristra en la parte trasera. Allí encontré un insecto raro con antenas, que lo eché a la borda. También encontré una pequeña lagartija, pero me dio pena arrojarla al mar, se escapó y no la he vuelto a ver.
La vida en el mar es simple. El día viene y se va y Guppy avanza dando tumbos incansable. ¡De las 2,980 millas, aún me quedan 2,500 por recorrer!
Laura
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