28 de julio 2011
El viento sopla por atrás y ha disminuído considerablemente, de tal manera que Guppy hace cabriolas y todo lo que no está fijo yace por los suelos. Eso no es lo peor, mi pocillo con cornflakes también ha corrido la misma suerte. Es delicioso que las escotillas puedan estar abiertas de nuevo, y pueda mirar el sol de vez en cuando. Eso me hace bien, sólo espero que el viento no aminore, porque si Guppy continúa navegando a seis nudos, es posible que pueda llegar mañana a la luz del día. A excepción de un barco carguero, anoche no he visto a nadie, ni pájaros, pescados o delfines. Es una pena. También ya he pasado Nueva Zelandia. Sin embargo, me fastidia que a una distancia de 1200 millas de mi tierra natal, tenga que seguir mi camino. Pero ya le he dicho a Guppy que con seguridad alguna vez iremos juntos allá.
Laura
27 de julio 2011
Después de haberme detenido un poco más de lo esperado, estamos con Guppy en el mar. Al regresé me fijé en los pronósticos de tiempo y eran exactamente cinco días de buen tiempo. La distancia a Vanuatu es de cinco días; así que quise salir lo más pronto posible. El pronóstico es mucho viento directo desde atrás y luego calma chicha. Los trámites de aduana me parecieron largos, pero después de muchos sellos y medio día más tarde, estoy lista para partir.
Llueve sin cesar y el cielo con nubarrones, pero lo importante es que hay buen viento. Guppy preguntó si yo quería acortar la vela grande, mientras él valientemente con mucho viento rodeaba una isla. Ahí volteó un barco pesquero detrás de nosotros en busca de la seguridad del puerto. Naturalmente Guppy navegó ese primer trecho bajo el agua y también yo fui bautizada con agua, y ahora todo está con sal. Ahora sopla el viento de costado desde atrás, el mar está conmocionado y no podré leer ni sentarme afuera. Así que intento coger algo de sueño para compensar los cansados días y noches pasados. Estamos contentos que sople buen viento.
Laura
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