26 de junio 2011
Todo está a bordo, el Minicat, el dingy y la bicicleta; he acomodado las cosas para que no vuelen por todo el bote. En el Club Náutico hay alguien con un catamarán, un hobbycat más grande de poliéster. En la tarde lo hemos adornado y hemos navegado por toda la isla. Fue fantástico! Una vez casi nos hemos volteado e íbamos casi todo el tiempo a mucha velocidad. Al final, al regresar estaba super cansada y decidí quedarme y no ir al festival, ya que vi las danzas el día anterior. En lugar de eso, me quedé a bordo, toqué algo de guitarra y leí algo.
Hoy prosigo mi viaje, hacia Niue, a unos 1,050 millas de distancia. Pero ahora debo primero despertarme bien, tomar desayuno con las amistades hechas en este lugar, y luego soltar las amarras y navegar..
Laura
25 de junio 2011
Después de haber conseguido algo de fruta, ayer fui al festival junto con los dueños del Club Náutico. Hacía mucho frío, para este lugar, y hacía viento, pero las danzas fueron lindas. A diferencia de lo que hasta ahora he visto, había como 55 danzarines, lo que lo hacía espectacular, con fondo de tambores estridentes e instrumentos que nunca antes había visto. Esta noche hay otra presentación y me gustaría ir para mirar. Esta mañana también he presenciado la competencia de canoas, impresionante, las canoas avanzan a mucha velocidad por toda la bahía. Este deporte de canotaje es el más importante aquí en la Polinesia Francesa, así que compiten con mucho ímpetu. Mañana debo partir porque sino me quedaré eternamente en este lugar. Haré los últimos preparativos , mi minicat y mi bicicleta nuevamente acomodarlos en Guppy, empujar el desorden dentro de los armarios y llenar el tanque de agua. Y luego, donde el viento me lleve, creo que Niue…
Laura
24 de junio 2011
Esta mañana lo primero que hice fue llenar el tanque de diesel, que estaba casi vacío por mi viaje en calma chicha, llevando el combustible en bidones hasta Guppy. En la tarde he navegado riquísimo con mi minicat. Aún hay un buen viento, y sólo una vez he volado de cabeza!. Cada vez lo hago mejor, navegando todo el tiempo sobre el armazón, lo que no se debe hacer en el minicat inflable. Sin saberlo, he entretenido durante dos horas a la mitad del fondeadero y las gentes que estaban en el restaurante del club de yates. Cuando me detuve delante del club recibí muchos comentarios mientras enjuagaba el minicat, sobre si no me parecía que había demasiado viento para alguien pequeño como yo en un catamarán inflable. Pero tuvieron que aceptar que fue divertido. De esa actividad esforzada terminé cansadísima y al regreso he colgado mi hamaca y he leído un libro hasta que oscureció.
Laura
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