10 de junio 2011
¡Tuvimos un día estupendo! El navegante con el que ayer fuimos a visitar la catarata, nos prestó su auto porque estará ausente dos semanas, con la condición de tener una foto conmigo en su auto. Ja, ja, ¡su auto en ruinas! Con una amiga de otro yate hemos manejado por toda la isla, hasta la punta oriental de la isla. Wau!…Verdaderamente impresionante!! Sólo que al subir una loma el motor comenzó a calentar, por lo que apenas pudimos bajar en busca de una estación de gasolina; el resto del día hemos tenido que aumentar agua al radiador cada veinte kilómetros. Este lugar me parece carísimo, todo cuesta dos o tres veces más que en Holanda. Eso no es tan loco, si sabes que todo es importado y debe ser transportado por avión o por barco.
Al regreso, sigo hablando y caminando, y sin darme cuenta… plons (me caí en el agua). Todos se rieron en el puerto naturalmente, así que aprovechamos para ir a nadar. El agua estaba deliciosa después de un largo viaje en auto para despejarte del calor del día. Esta noche me han invitado, esta vez a un yate inmenso de 40 metros. Conocí a esa gente ayer en la barbacoa y me han invitado hoy día.
Laura
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